Silencio - La responsabilidad de las palabras
- Miss Culture
- 4 may 2020
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 18 may 2020
La palabra tiene un alto grado de responsabilidad, a través de la comunicación, los seres humanos han logrado establecer el mayor de sus vínculos; y son juzgados, analizados y estudiados a través de la misma. Lo que las personas dicen se convierte en su sello y, citando una frase popular que expresa: “Los ojos son el espejo del alma”, me atrevo a decir que las palabras son el espejo de todas las emociones.
Las reglas de la comunicación y el lenguaje explican que los factores más importantes son: el mensaje, el emisor (quien emite el mensaje), el receptor (quien recibe mensaje) y el canal (el medio por el cual se transporta el mensaje). Pero existe otro elemento que muy pocas veces se menciona, me refiero, al ruido de la comunicación, muy ligado a otro famoso concepto, que es el rumor. Las palabras se van transformando a medida que viajan de una persona a otra, esto es debido a que el emisor, cuando se expresa, tiene una intención comunicativa, mientras que el receptor, cuando escucha, tiene una intención interpretativa.
Pero, ¿qué tan importante es, realmente, la responsabilidad de las palabras? ¿Hasta dónde podría llevar a las personas las cosas que dicen? Recientemente, ha girado por todo el mundo la noticia de varios exponentes de Rap, españoles, que han sido apresados por cantar en contra de la Monarquía. Actualmente, en el mundo existen 26 Monarquías, que abarcan una gran cantidad de reyes, reinas, emperadores, sultanes y emires que gobiernan o reinan en un total de 43 países. Una de las principales leyes de la Monarquía, es que no permite ningún tipo de exclamación en contra de la misma, situación que pone en veda la libertad de expresión en un mundo actual que cuenta con cientos de miles de personas que se dedican a las artes en general,
El caso más reconocido es el del rapero Pablo Rivadulla Duró, mejor conocido como Pablo Hasel, quien en el 2014 fue condenado a dos años de prisión por enaltecimiento del terrorismo, debido al contenido de sus letras. El exponente lanzó, a través de la red social YouTube, 10 temas compuestos por él mismo en los que ensalzaba organizaciones, ya retiradas, de grupos de resistencia antifascista, como : “Primero de Octubre” (GRAPO) y “Facción del Ejército Rojo” (RAF); e incluso, pidió a estas instituciones que volvieran a ejercer. En esa ocasión, logró salir de prisión con libertad provisional sin fianza, con la obligación de comparecer quincenalmente en los juzgados. En mayo de 2014, fue detenido nueva vez, acusado de, junto a unas quince personas, ser parte de un acto violento el día de Sant Jordi.
En el 2017 la justicia española pidió cinco años más de condena para él, que se sumarían a los dos que ya tenía, por delitos de "enaltecimiento del terrorismo", "calumnias e injurias contra la corona" y "calumnias e injurias contra las instituciones del Estado. Recientemente, el 2 de marzo, fue condenado a dos años de prisión y a pagar 24,300 euros de multa por los delitos anteriormente mencionados y a causa del contenido de 64 mensajes publicados en Twitter y su música en YouTube. Ante esto, el artista se proclamó en las redes sociales y expresó, a través de su cuenta de Twitter: "Me han condenado a 2 años y otro de pena-multa, es decir, 3 años. Se suman a los 2 que ya tengo por canciones contra el régimen. Pasaré 5 años preso por delitos de opinión, pero jamás claudicaré. Jamás, fascistas de mierda".
La reacción de Pablo Hasel ante su condena (incurriendo de nuevo en la acción que lo llevara a prisión, en primer lugar) envía un fuerte mensaje para reflexionar. Si la Monarquía exige que se respete la integridad de la misma, lo lógico es que los ciudadanos acaten las leyes, ya que ir en contra del gobierno es considerado delito y el delito es penalizado con prisión (en algunas Monarquías con la muerte). No obstante, ¿hasta qué punto, en el mundo actual, se puede extender la prohibición de la libertad de expresión? ¿Qué tanto se puede coartar al ser humano de exclamar lo que por naturaleza quiere decir?
La libertad de expresión es un derecho fundamental de los seres humanos, derecho que no debería, repito, no debería, incluir ningún tipo de excepción. Pero este enunciado de libertad es inversamente proporcional a toda monarquía, razón, por la cual, probablemente, existen tan pocas en la actualidad. Sabiendo esto, el mensaje que Pablo Hasel quiere enviar es, a mi entender: la libertad no está sujeta a la opresión de ninguna manera. Si no podemos expresar lo que sentimos, ¿qué razón tenemos de existir? Ningún ser es completo sin su autonomía, aunque el poder insista en volverlos automáticos, o más bien, autómatas. E irónicamente, sin la Monarquía, Pablo Hasel habría podido decir lo que quisiera sin ser condenado por ello, y a la vez, no habría tenido que expresar esos mensajes, si no existiera un elemento de opresión. Su reacción no es un acto de rebeldía, es una invitación a sumarse a la causa, porque él mismo ya ha demostrado que las palabras tienen un alto grado de responsabilidad y los seres humanos no deben prescindir de la libertad, en ninguna de sus formas.
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